viernes, enero 09, 2009

EL PERFIL DEL DISCÍPULO.


SOSTENIENDO VIDAS
IV PARTE


Lectura Bíblica: Proverbios 16:1-4

Propósitos de la Charla: a) Desarrollar una visión clara del Perfil que el discípulo debe alcanzar; b) Conocer y practicar las doce virtudes del Discípulo; c) Comprender la labor del tutor y la Iglesia con respecto al desarrollo del Perfil del Responsable.


“Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.
Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus.
Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.
Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo.”
(Proverbios 16:1-4)

El conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a alguien o algo, es llamado el “perfil”. Por ejemplo el perfil de la profesión médica es la de alguien que tiene una gran inclinación a ayudar en la salud del prójimo, además de curiosidad científica e interés por todos los procesos biológicos del ser humano. El perfil de una persona puede ser el espíritu de aventuras, gusto por la vida al aire libre, sociable, entonces su perfil se adaptará a la práctica del excursionismo. Personas, profesiones, actividades humanas, tienen rasgos distintivos, a los cuales llamamos perfil.

San Pablo, en sus cartas pastorales hace un Perfil del Obispo, los rasgos que éste debe tener: “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; / no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; / que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad / (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); / no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. / También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.” (1 Timoteo 3:2-7) También dibuja el Perfil de los Diáconos y Diáconas: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; / que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. / Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. / Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. / Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. / Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.” (1 Timoteo 3:8-13)

BUSCANDO EL PERFIL DEL DISCÍPULO
¿Qué distingue a un cristiano de un ateo, de un agnóstico, de un musulmán o de cualquier otra religión o filosofía? Seguramente su creencia en Jesucristo y luego vendrán todas las características personales que desarrolla la persona que sigue esa fe. No podemos imaginar a una persona budista teniendo actitudes agresivas o intolerantes, ya que su doctrina básica dice relación con la paz y la contemplación. Por eso nos extrañó tanto cuando vimos en la televisión la insurgencia de los monjes budistas. Como, también, son incomprensibles la guerra entre cristianos o las históricas cruzadas, donde se daba muerte al que se consideraba enemigo de la fe cristiana. Menos las torturas a que fueron sometidos nuestros hermanos protestantes por la Santa Inquisición durante la era de los reformadores. Aquellas actitudes y acciones no corresponden al perfil que se tiene del discípulo de Jesucristo. Si escucháramos y obedeciéramos a la Palabra de Dios, jamás se cometerían tales atropellos en la Iglesia (1 Timoteo 3:14,15)

En el caso de los discípulos, llamamos Perfil al conjunto de conoci­mientos, habilidades y actitudes que todo discípulo de Jesucristo debe poseer. Es evidente que esto no se logra automáticamente, por el hecho de convertirse o declararse y ser reconocido como cristiano. La ausencia de características propias del discípulo de Cristo, es lo que a muchas personas les lleva a criticar o rechazar nuestra fe. Como toda doctrina, la fe cristiana es un aprendizaje tanto intelectual como práctico, que requiere motivación, esfuerzo y dedicación por parte del discípulo. Por ello hay un período prudencial de preparación o capacitación para llegar a ser ese tipo de cristiano que desea el Maestro.

EL PERFIL DEL DISCÍPULO APRENDIZ
La primera parte de este período es netamente de aprendizajes básicos en el cual el discípulo es tratado como un aprendiz. Según el diccionario un aprendiz es una “persona que aprende algún arte u oficio.” En este caso, aprendiz es el discípulo que está aprendiendo el arte de ser seguidor del Maestro Jesucristo, y lo hace bajo la guía de un tutor, que es el ayo que le conduce al Maestro. Las enseñanzas básicas del Discipulado son todas aquellas lecciones que le conduzcan a: 1) Obedecer el llamado de Dios; 2) Vivir y entender las instancias básicas de la Puerta del Reino; 3) Valorar y vivir el Nuevo Pacto; y 4) Conocer cuál es el Fundamento sobre el cual edificará su vida cristiana. Llamado, Puerta, Nuevo Pacto y Fundamento, son las enseñanzas básicas de esta etapa, y deben motivar al desarrollo de ciertas virtudes cristianas, como son la fe, la sumisión, la sujeción, la obediencia y la fidelidad.

Pero recordemos que el Discipulado no es sólo un proceso de aprendizajes teológicos, sino también un proceso de sanidad interior, que llevará al discípulo a desarrollar virtudes y conductas tales como la paz, el perdón de Dios, la libertad del pecado y la reconciliación con Dios; la sanidad de traumas, heridas, temores y complejos; el perdón al prójimo y la Gracia de Dios.

“Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua” (Proverbios 16:1) Este texto nos presenta un primer paso en el Discipulado, el cual es aprender las respuestas de la lengua. Depende de la actitud de la persona para que ésta pueda aprender más rápido más lentamente. Que una persona sea una nueva criatura en Cristo no implica que todo su carácter y sus pensamientos ya estén cambiados y moldeados en la nueva vida. Un aprendiz de albañil no es profesional al primer día. En el creyente nuevo vemos un gran impulso y deseo para obrar. Pero no tiene el conocimiento, ni ha aprendido todas las cosas necesarias de la Biblia. Por eso es el crecimiento de los nuevos discípulos debe ser bien encaminado. Necesitamos confiar en el Espíritu Santo que afirmará, controlará y protegerá a la persona para que no se pierda.

Si tenemos dos árboles y a uno nos acercamos y le insistimos, le hablamos para que se apure, lo abonamos y lo regamos; en cambio al otro, simplemente le regamos como usualmente se hace con los árboles; el resultado para ambos, salvo una excepción, será el mismo: los dos darán su fruto en su tiempo normal. Como dice el refrán “no por mucho madrugar, amanece más temprano”. Y la Palabra de Dios nos recuerda que: “Si Jehová no edifica la casa en vano trabajan los edificadores” (Salmo 127: 1). El discípulo aprendiz debe aprender a controlar las palabras y su actitud en esta nueva vida como cristiano.

EL PERFIL DEL DISCÍPULO FIEL
Cuando el aprendiz es capaz de guiar otra vida, haciendo un discípulo, sea por propia motivación o por orden de su discipulador, ya es considerado en el siguiente nivel, como un discípulo fiel. La fidelidad es una característica importantísima para que exista confiabilidad en la obra. Ésta no se puede edificar sin el elemento fidelidad. En este nivel la enseñanza se dirigirá a entregar al discípulo todas las herramientas necesarias para ejercer la tutoría: 1) Manejo de los principios de la Iglesia (El Evangelio del Reino, Discipulado en el Cenáculo, Multiplicación de Doce y Unidad de la Iglesia); 2) Desarrollo de disciplinas espirituales para la vida devocional (oración, alabanza, ayuno, meditación, reflexión); y 3) Características y paradigmas del aprendiz. Así podrá desarrollar virtudes como: responsabilidad, honestidad, fortaleza, templanza, perseverancia, buen juicio, discernimiento, justicia, amor, devoción a Dios, comunicación del amor de Dios y convicción de liderazgo.

“Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus” (Proverbios 16:2) El segundo paso en el Discipulado es superar ser limpios en nuestra propia opinión. En esta etapa el discípulo imita a su maestro, mas a veces piensa que él puede hacerlo mejor, más rápido; piensa que es más inteligente y que lo hará correctamente. Copia e imita en todos los aspectos externos, en las características físicas, mas tiene un problema, Jehová pesa los espíritus. Esta es la etapa en que los discípulos aún no entienden la voluntad de Dios y recién empiezan a hacerlo. No todo hay que hacerlo por el querer, sino que debemos aprender a escudriñar al Espíritu de Dios. Es una etapa larga de aprendizaje, porque necesita experimentar a Dios, necesita conocer la Palabra de Dios. Y no solamente conocerlo, sino saber escudriñar el Espíritu de Dios y comprender Su voz.

También tiene que ver con el método con que se realizan todas las cosas. Toda persona inteligente sabe y tiene un cierto conocimiento de cómo realizar las tareas. Pero varía el método del hombre del método de Dios. Muchos aplican el método que les parece mejor y piensan que sólo el fin es importante, olvidando que Dios ve todos los detalles y cómo se logra el propósito. Esto es lo importante para el Señor. Todos tenemos opinión, mas hay que preguntar al Señor para conocer cuál es Su opinión, algo a lo que se accede por medio de la oración y de la reflexión de la Biblia. Esto requiere paciencia y saber esperar. Es necesario aprender a no dejarnos llevar por nuestra propia opinión. ¡Cuántas veces hemos hecho algo que es bueno, pero que no es la voluntad de Dios! El resultado ha sido sólo fracaso. Nuestra opinión no siempre es la opinión de Dios.

EL DISCÍPULO RESPONSABLE ES NUESTRA META.
Es hermoso cuando el discípulo fiel es movido por el Espíritu Santo a plantar un Cenáculo en su hogar, en lugar de trabajo o estudio, o en otro sitio. Allí el discípulo Responsable enseña a otros a vivir el discipulado en forma coherente con los principios del Evangelio del Reino. El primero de esos principios es el servicio, aprender la importancia de ser servidores unos de otros. También se practica el divino optimismo de la fe. Un tercer principio es el crecimiento, tanto cualitativo como cuantitativo. El Responsable enseñará con el ejemplo a los discípulos a practicar la preocupación de unos por otros, integrándose y guardando la unidad. Un quinto principio es la oración comunitaria e individual como un elemento fundamental del Cenáculo y la Iglesia. Por último, estimulará la sumisión al Señor y la sujeción al Cuerpo de Cristo, Su Iglesia.

Para llegar a ocupar ese lugar en la comunidad de discípulos, el Responsable debe tener todas las virtudes que constituyen el Perfil del Discípulo. Éstas no son requerimientos en término de ley u obligación, sino características que en forma paulatina y casi natural se van adquiriendo en el camino del Discipulado.

Al diseñar el Perfil del Discípulo debemos pensar en todas las virtudes que requiere un Responsable para dirigir un Cenáculo o grupo de discípulos, donde habrá fieles y aprendices bajo su cargo. El Perfil del Discípulo Responsable es nuestra meta. Formar discípulos capaces de plantar cenáculos en cada rincón de la ciudad, es nuestro cometido. El Perfil del Discípulo Responsable es, entonces, el conjunto de conoci­mientos, habilidades y actitudes que debe poseer el cristiano al momento de ser ungido como discípulo Responsable.

LAS DOCE VIRTUDES.
Todo discípulo necesita desarrollar cuatro virtudes básicas que nos son dadas por el Espíritu Santo al momento de creer. La primera es la fe que se instala en el corazón y consiste en confiar en Dios, en creer en Él y creerle a Él. La segunda se recibe en la conciencia y es la paz; usted es perdonado por Él y es lavado de todo pecado y culpa, comenzando a vivir en Su Gracia. La tercera es el amor que Él deposita en su espíritu, siendo el más grande poder transformador. La cuarta virtud es la esperanza acogida por su mente como Verdad indiscutible. Estas cuatro virtudes se multiplicarán, como ramas de un gran árbol de vida, en 12 virtudes que el discípulo desarrollará para llegar a ser un discípulo Responsable. Las 12 virtudes del Perfil del Discípulo son las siguientes:

I. FE:
1. Sumisión al Señor: fe y humildad.
2. Sujeción al Cuerpo de Cristo: obediencia y fidelidad.
3. Responsabilidad: honestidad, fortaleza, templanza, perseverancia.

II. PAZ:
4. Perdón de Dios: libertad del pecado y reconciliación con Dios
5. Sanidad interior: de traumas, heridas, temores y complejos.
6. Perdón a mi prójimo: Gracia de Dios
7. Buen juicio: discernimiento y justicia.

III. AMOR:
8. Devoción a Dios: oración, alabanza, ayuno, meditación y ofrenda.
9. Amor al prójimo: paciencia, bondad, humildad, delicadeza, altruismo, serenidad, jovialidad, compasión y magnanimidad.
10. Comunicación del amor de Dios: testimonio y evangelización.

IV. ESPERANZA:
11. Conocimientos básicos del Reino.
12. Convicción de liderazgo.

UNA TAREA PARA LA IGLESIA
Bajo el punto de vista eclesial, Perfil es el conjunto de propósitos formativos que la Iglesia pretende alcanzar durante el proceso de formación de cada discípulo. Sería muy importante que la Iglesia contara con mecanismos de revisión periódica del perfil del Discípulo. Si bien es cierto, la Biblia nos indica claramente las expectativas de Dios en cuanto a nuestras conductas y cualidades esperables, es necesario confrontarlas con la realidad de la sociedad e Iglesia actual.

También el Perfil debe considerar los fundamentos bíblicos, teológicos y espirituales que subyacen a la formación que se propone entregar. Necesitamos tener una base bíblica sólida para defender nuestra postura eclesial. Y todos los discípulos deben conocerla.

El Perfil tiene que considerar las orientaciones fundamentales provenientes de la misión, propósitos y fines de la Iglesia.

Por último, ya que la Iglesia no está aislada de la sociedad ni del resto de las iglesias, debe considerar algún tipo de consulta al medio eclesial, tanto interno como externo, para la definición y actualización del Perfil.

En definitiva, el Perfil del Discípulo orienta el quehacer de la Iglesia. Sin él, la Iglesia no sabrá qué dirección tomar, hacia donde avanza, caminará como Israel en el desierto, dando vueltas y vueltas, sin hallar jamás su destino.


PARA REFLEXIONAR:
1) ¿Cómo definiría usted su perfil como persona?
2) ¿Qué perfil de hombre o mujer encuentra usted atractivo para imitar en la Biblia?
3) ¿Cuál aspecto considera usted el más importante en el perfil del discípulo?
4) ¿Corresponde su perfil al del discípulo fiel? ¿Qué virtudes le quedan por alcanzar?
5) ¿Qué otros valores o virtudes agregaría al perfil del responsable?
6) ¿Está de acuerdo en que la meta de la Iglesia sea alcanzar el Perfil del discípulo Responsable?
7) ¿Cuáles deben ser, a su juicio, las virtudes del responsable?
8) Recuerde ejemplos concretos de hermanos cristianos en los cuales usted vio una o más de las doce virtudes.
9) ¿De qué modo el Espíritu Santo en la Iglesia, puede desarrollar mejor el perfil del discípulo?

BIBLIOGRAFIA
1) “Sosteniendo Otras Vidas”, Retiro domingo 27 de Mayo de 2007, Avenida Francia 739, Valparaíso
2) “La Santa Biblia”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
3) Pastor Dong Han David Lee; “Los pasos del cristiano”; Iglesia Presbiteriana Reformada Esperanza; www.evangelio123.org

jueves, enero 01, 2009

CONSEJOS PARA UN BUEN DISCIPULADO.


SOSTENIENDO VIDAS
III PARTE


Lectura Bíblica: 2 Timoteo 3:16,17

Propósitos de la Charla: a) Aprender y aplicar los consejos que nos entrega la Palabra de Dios para discipular a nuestros hermanos.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, / a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16,17)

Una de las primeras enseñanzas que el tutor debe brindar al discípulo es instruirlo sobre los cuatro aspectos que abarca el Discipulado, a saber: orientación personal, sanidad interior, vida devocional y enseñanza. El discípulo necesita comprender que éstas se dan interrelacionadas y que todo lo que se hace durante el tiempo que están juntos es discipulado. Es conveniente corregir ese concepto de que discipulado es sólo estudiar la Biblia, diferenciándolo de “estudio bíblico”. El Discipulado es un proceso de formación y desarrollo integral para alcanzar el propósito de ser como Jesús, lo cual se expresa en dar frutos, es decir: desarrollar virtudes cristianas, hacer buenas obras y tener hijos espirituales. El discípulo deberá entender que este proceso tiene distintas etapas, siendo la más básica la de un aprendiz, luego la del cristiano fiel para llegar a ser alguna vez un responsable o padre de un grupo (cenáculo, célula, mesón, etc.). En un estadio posterior se encuentra el obrero y finalmente el ministro o anciano.

Dado que en la relación con su discípulo el tutor tomará conocimiento de muchas situaciones de carácter personal y privado, éste deberá guardar absoluta reserva de esas confesiones. El discípulo debe tener la absoluta confianza de que aquellas no saldrán de la boca de su tutor. De esto debe dar pruebas el tutor. Es parte de nuestra formación como tutores esa capacidad de guardar secretos. Lo que se comenta en la sesión de discipulado, por muy tremendo que nos parezca, no debe ser ventilado jamás con otra persona, es algo entre el discípulo, Jesús y el tutor. No estamos autorizados para transmitirlo a nuestros cónyuges, ni a los mejores amigos, ni al pastor; es algo que quedará guardado en nosotros como secreto de confesión. Si no fuere así, no podría haber confianza de hermano a hermano. Subrayo: esto es algo que debemos valorar y aprender como parte de nuestro propio crecimiento como discípulos. “Valorar el secreto del amigo....” (Proverbios 11:13). Para ello lleve una ficha o expediente confidencial del discípulo.

A continuación veremos una serie de 17 aspectos prácticos de esta dinámica que es el “discipulado”, redactados en forma de sugerencias en lo que podría ser un breve manual para hacer discípulos. Lo haremos siguiendo un texto de San Pablo en su primera carta a su discípulo Timoteo (1 Timoteo 1:1 - 2:15)


1. TRÁTELO COMO A HIJO O HIJA. Haga un discipulado personalizado. Cada discípulo tiene un discipulado distinto, de acuerdo a su personalidad y a sus necesidades. “Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, / a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.” (1 Timoteo 1:1,2)

2. EN SU PRIMERA ENTREVISTA con el discípulo fije un día y hora de encuentro semanal o mensual. Adviértale que el tiempo de él o ella es tan valioso como el suyo, por lo que deben respetarse en este sentido y no dejarse esperando. En caso de alguna dificultad para asistir al lugar debe comunicarlo con anticipación. Solicite puntualidad, una norma básica de orden y consideración por el otro. También establezca en común acuerdo con el discípulo el lugar de encuentro. Manifiéstele que es el discípulo quien busca al tutor y no al revés, como un modo de demostrar nuestra necesidad de Cristo, el Maestro por excelencia.

3. ESTABLEZCA UNA RELACIÓN DE CONFIANZA. Las primeras sesiones de discipulado están destinadas a establecer una relación de confianza y cariño con el discípulo. De esas horas de conversación amigable, en que lo que más hace usted es escucharlo, depende el futuro desarrollo de una relación discípulo-tutor. Esto genera una unión muy fuerte, una hermandad que sirve de base a la conversación más íntima.

4. ENSÉÑELE LO FUNDAMENTAL, evitando lo superficial que sólo conduce a disputas. Asígnele tareas. “Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, / ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.” (1 Timoteo 1:3,4) Siga la inspiración del Espíritu Santo. El propósito del tutor es formar la vida del discípulo bajo la guía del Espíritu Santo.

5. CULTIVE EL AMOR DE JESUCRISTO. “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, / de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, / queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.” (1 Timoteo 1:5-7) No de por pérdida el tiempo entregado a una vida.

6. CONSERVE EL BUEN CARÁCTER. “Deja la ira, desecha el enojo” (Salmo 37:8)

7. SEA PACIENTE. Si no tenemos paciencia con las personas, si no sabemos ponernos en el lugar de ellos y esperar a que el Espíritu Santo desarrolle la madurez en sus vidas, significa que no estamos preparados para discipular a otros hermanos.

8. ESTÉ SIEMPRE DISPUESTO A ESCUCHAR. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; / porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. / Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.” (Santiago 1:19-21) En otra versión, se traduce: “Mis queridos hermanos, pongan atención a esto que les voy a decir: todos deben estar siempre dispuestos a escuchar a los demás, pero no dispuestos a enojarse y hablar mucho.” (v.19)

9. HAGA USO DE LA DISCIPLINA DE LA LEY CUANDO FUERE NECESARIO. Sea firme. Que el método lo maneje el tutor y no el discípulo. Imponerse con firmeza, pero sin autoritarismo. “Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; / conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, / para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, / según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.” (1 Timoteo 1:8-11) Pero no sea demasiado legalista.

10. SEA FLEXIBLE. La iglesia o ministerio siempre entrega una guía de enseñanza para discípulos. Esa es la teoría o doctrina que se debe transmitir. Mas la realidad del discípulo muchas veces dictará otra necesidad. Debemos brindar ambos aspectos, tanto entregar la enseñanza que los pastores y maestros de la comunidad encargan, como atender a las necesidades puntuales de los discípulos.

11. JAMÁS ENJUICIE. No estamos para juzgar al hermano, sino para comprenderlo. La persona se abre, cuenta sus problemas, debilidades, etc. nosotros en ese instante ocupamos, o mejor dicho, el Señor nos ocupa, somos Sus instrumentos. Somos confesores para impartir paz, perdonar.

12. ENSEÑE LA FIDELIDAD. Conduzca al discípulo hacia la madurez espiritual. Recordemos que el discípulo es barro. No lleve sus problemas al discípulo. “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,” (1 Timoteo 1:12)

13. DE TESTIMONIO DE JESUCRISTO AL DISCÍPULO. “…habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. / Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. / Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. / Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.” (1 Timoteo 1:13-16)

14. ENSÉÑELE A ADORAR A DIOS. “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Timoteo 1:17)

15. FÓRMELO COMO SOLDADO DE JESUCRISTO. “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, / manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, / de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.” (1 Timoteo 1:18-20)

16. ENSÉÑELE A ORAR. “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; / por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. / Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, / el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. / Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, / el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. / Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. / Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” (1 Timoteo 2:1-8)

17. ENSÉÑELE EL VALOR DE LO PRÁCTICO EN LA VIDA CRISTIANA. “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, / sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. / La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. / Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. / Porque Adán fue formado primero, después Eva; / y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. / Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.” (1 Timoteo 2:9-15)


PARA REFLEXIONAR:
1) Analice las distintas cláusulas de este texto: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, / a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16,17)
2) ¿Cómo aplicó ha vivido usted como discípulo de Jesucristo el texto anterior?

BIBLIOGRAFIA
1) “Sosteniendo Otras Vidas”, Retiro domingo 27 de Mayo de 2007, Avenida Francia 739, Valparaíso
2) “La Santa Biblia”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.