domingo, agosto 09, 2015

EL SENTIDO DE LA ALABANZA.

VIDA DEVOCIONAL
VII PARTE
Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica:1 Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. / 2 Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. / 3 Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. / 4 Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. / 5 Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. / 6 Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.” (Salmo 150:1-6) 

Objetivos: a) Comprender la razón básica de la alabanza en la Iglesia; b) Identificar diversas formas de alabanza; c) Comprender por qué alabamos; d) Consagrar los dones dados por Dios por medio de la alabanza; e) Honrar al Señor en la alabanza; y f) Alabar a Dios porque Él es digno de alabanza. 

Resumen: La alabanza a Dios es una de las actividades más importantes en la vida devocional personal y comunitaria de los cristianos. Hay diversas formas de alabar pero el motivo de la alabanza siempre será consagrarnos a Dios y honrarlo porque Él es digno de alabanza.
 

E

n la Biblia podemos encontrar aproximadamente 200 versículos que hablan acerca de la alabanza en forma explícita, y 100 de ellos utilizan directamente la palabra “alabanza”. Específicamente en el Nuevo Testamento encontramos esta palabra en 17 ocasiones. Si leemos concienzudamente, podemos descubrir las muchas formas en que el pueblo de Dios debe y puede alabar al señor de la Iglesia: recitando textos, palabras de alabanza, cantando, creando cantos nuevos, himnos y salmos, saltando, aplaudiendo, danzando, tocando instrumentos, marchando ante Su Presencia, etc. El cómo alabar es explícito en la Biblia y en cierto modo sencillo, aunque muchos se detienen en hacerlo de ese modo por su cultura, vergüenza, costumbres de iglesia, forma personal de ser, etc. Pero lo más importante es por qué lo hacemos, qué sentido tiene la alabanza en la vida cristiana. 

¿Por qué alabar? 

1. Porque así nos consagramos a Dios.
Alabar, en hebreo es halal y significa “alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear”. La primera vez que aparece la palabra “alabanza” en la Biblia dice: 23 Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. / 24 Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. / 25 Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios.” (Levítico 19:23-25) 

La Tierra Prometida es el Reino de Dios. Al convertirnos a Jesucristo seguimos haciendo toda clase de obras y paulatinamente nos vamos santificando. Mejor dicho el Espíritu Santo nos santifica. En otras palabras plantamos “toda clase de árboles frutales”. La Palabra nos dice que no consideremos esos primeros frutos. Ya el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. No se trata de cuatro años cronológicos sino que el cuatro tiene un significado simbólico. 

Señala lo que sigue a la creación de Dios en la Trinidad: Sus obras creativas. Es conocido por las cosas que son vistas. En este caso, ya comienzan a ser vistos los frutos del Espíritu Santo en la persona, nadie da frutos de inmediato. El número 4 tiene siempre referencia a todo lo que es creado. Dios crea en Sus hijos hombres nuevos con frutos nuevos. 

Ese fruto del Espíritu debe ser consagrado a Dios en alabanza. Los frutos del Espíritu Santo son alabanzas para el Señor. Luego comenzamos a alimentarnos del fruto. 

La alabanza al comienzo de la Biblia es señalada como consagración de nuestro ser a Dios. 

Dicho lo anterior, la alabanza es marcada en la Biblia junto al fruto del Espíritu. Se alaba a Dios con los frutos. Estos se consagran al Señor por medio de la alabanza. 

2. Porque así honramos a Dios.
40 salmos dicen la palabra “alabanza” y en sí, la mayoría de los salmos son alabanzas al Señor. Se nomina salmo a una “canción/oración cantada y acompañada por instrumentos musicales”. En el libro de los Salmos ellos aprendemos que: 

a)      Dios  habita entre las alabanzas de Israel: “Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.” (Salmos 22:3). Cuando le alabamos traemos Su Presencia a la comunidad cristiana.  

b)      La alabanza debe ser hecha con alegría, pero también requiere de nosotros que limpiemos nuestra vida de todo pecado pues en los íntegros es hermosa la alabanza: “Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza.” (Salmos 33:1). 

c)      ¿Es sólo el culto el tiempo de alabar? No, sino en todo tiempo: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.” (Salmos 34:1).  

d)     A veces el Espíritu Santo pone en nuestros labios un canto no escuchado antes, es un cántico nuevo de alabanza al Señor, testimonio a los incrédulos: “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.” (Salmos 40:3).  

e)      Si en el Antiguo Testamento se sacrificaba animales, hoy podemos hacer sacrificios de alabanza para Dios: “Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo” (Salmos 50:14), lo cual es una honra para Él y “El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.” (Salmos 50:23). 

f)       Necesitamos glorificar Su nombre y poner gloria en su alabanza: “Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.” (Salmos 66:2).  

g)      Estas prácticas de alabanza en nuestra vida devocional serán transmitidas a nuestros hijos y descendientes contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Su poder y las maravillas que hizo: “No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.” (Salmos 78:4). El compromiso es de generación en generación cantarle alabanzas: “Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas.” (Salmos 79:13).  

h)      Cada vez que nos acerquemos al Señor, hagámoslo con alabanzas y aclamémosle con cánticos: “Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.” (Salmos 95:2). El culto siempre ha de comenzar con acciones de gracias y alabanzas: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.” (Salmos 100:4).  

i)        Todo esto porque “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable” (Salmos 145:3). 

La alabanza en los Salmos nos enseña que Dios es digno de alabanza, acción de gracias, honra, prácticamente un mandato del Señor, mas no lo hagamos por obligación sino por un genuino amor y deseo de horrarle como se lo merece. 

3. Porque Dios es digno de alabanza.
Las últimas veces que se pronuncia la palabra “alabanza” en la Biblia es en la voz de seres celestiales y dirigidas a Jesucristo: “11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, / 12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. / 13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. / 14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 5:11-14) 

Tal cosa significa que el destino final de la alabanza será para el Señor Jesucristo. Ángeles, seres vivientes y ancianos alrededor del trono, son los que declararán por la eternidad su alabanza al Cordero de Dios. Ellos gritan que Aquél que dio Su vida por la Humanidad, es digno de tomar poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honra, gloria y alabanza, siete cosas que forman la perfección de Su autoridad. Luego toda la creación declara cuatro cosas –porque 4 es el número de lo creado- que el Cristo merece, siendo primera la alabanza. Le siguen honra, gloria y poder. 

La palabra “Alabanza” al final de la Biblia nos señala su propósito. Nuestro destino es el reconocimiento de la honra, la gloria y el poder de Jesucristo, mediante la alabanza. Por tanto es lo que debemos hacer diariamente.  

Es necesario finalmente dejar en claro lo que la alabanza no es:
a)      La alabanza no es en función del hombre,
b)      No es para satisfacción propia,
c)      No es por el gusto de cantar, porque mi vocación sea la música o
d)     para que el culto sea bonito.  

No, la única razón de la alabanza es para dar honra, gloria y poder a Jesucristo; porque Él sólo es digno de tomar poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honra, gloria y alabanza. 

CONCLUSIÓN.
Todo lo que hagamos en nuestra vida cristiana, mayormente lo relacionado con la vida devocional, es necesario comprenderlo en su razón de ser. Sabemos diversas formas de alabanza, pero ¿por qué alabamos? Esta enseñanza nos guía a comprender el fundamento de la alabanza. Alabamos porque: 1) Así nos consagramos a Dios; 2) Así honramos a Dios; y 3) Dios es digno de alabanza. 

VOCABULARIO DE INTERÉS:
·         Alabar
·         Salmo  

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Qué razón le mueve personalmente a alabar al Señor?
2)      ¿Cuál es su forma habitual de alabar a Dios?
3)      ¿Se considera un/a cristiano/a consagrado/a a Dios?
4)      ¿Qué es para usted alabar al Señor?
5)      ¿Le gustaría escribir un Salmo a Dios?
6)      ¿Cuáles fueron sus principales dificultades después de la conversión?
7)      ¿Puede identificar los primeros cambios operados por el Espíritu Santo en usted?
8)      ¿Qué significado tiene el cuatro en la Biblia?
9)      ¿Por qué se dice que “los frutos son alabanzas para el Señor”?
10)  ¿Qué consagraría usted al Señor en alabanza?
11)  ¿Por qué es necesaria la lectura de los Salmos?
12)  ¿Es sólo el culto el tiempo de alabar?
13)  ¿Qué papel tiene la alabanza en el culto?
14)  ¿Qué no es la alabanza?