domingo, noviembre 27, 2016

EL REINADO DE JOSAFAT.



Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (San Mateo 6:33 

Idea central: Cualidades de Josafat. 

Objetivos: a) Comprender, valorar e imitar las cualidades del reinado de Josafat; b) Aprender a defendernos de los enemigos concretos y espirituales, atendiendo a la Palabra de Dios; c) Buscar a Dios cada día, utilizando los medios de gracia; d) Comunicar la Verdad del Evangelio con fervor y persistencia; e) Desarrollar un testimonio de vida que inspire respeto al Señor y Su reino; y 5) Aprender a ser previsores, tanto en el plano material como espiritual. 

Resumen: Josafat tuvo grandes cualidades como gobernante, las que debiera imitar todo buen cristiano: fortaleza, devoción a Dios, comunicación, presencia de Cristo y previsión. Tales virtudes fueron producto de la base sólida en que construyó su reino: el conocimiento y la obediencia a Dios.   

El reino de Judá o Reino del Sur tuvo 20 reyes antes de ser destruido y llevado al cautiverio en Babilonia por Nabucodonosor II. La historia del reino de Judá se relata en los libros históricos de Samuel, Reyes y Crónicas. Los cuatro primeros monarcas fueron: Roboam, Abías, Asa y Josafat. El primero fue hijo de Salomón; el segundo, hijo de Roboam; el tercero, hijo de Abías y nieto de Salomón; el cuarto fue hijo de Asa. Es decir que el trono de Judá fue hasta ese tiempo, una sucesión.  

Josafat fue hijo de Asa, un rey piadoso, y como tal aprovechó muy bien la oportunidad que el Señor le daba para no gobernar solo sino bajo el señorío de Dios, sometiéndose a la voluntad Divina. Su período se distingue por las buenas reformas que hizo, el fortalecimiento militar, la prosperidad, la educación y la justicia. Puede decirse que Dios gobernó a través de Josafat dejando su testimonio una excelente huella en la Historia de Judá. 

¿Qué nos enseña el reinado de Josafat? 

1. Defendernos de los enemigos.

“1 Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo fuerte contra Israel. / 2 Puso ejércitos en todas las ciudades fortificadas de Judá, y colocó gente de guarnición en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado.” (2 Crónicas 17:1,2 

Josafat fue rey de Judá, hijo y sucesor de Asa. Comenzó a reinar cuando tenía 35 años de edad. Al parecer estuvo asociado con su padre en el trono, el año 37 de su reinado: “28 Y Omri durmió con sus padres, y fue sepultado en Samaria, y reinó en lugar suyo Acab su hijo. / 29 Comenzó a reinar Acab hijo de Omri sobre Israel el año treinta y ocho de Asa rey de Judá.” (1 Reyes 16:28, 29) Reinó en solitario cinco años más tarde. Su gobierno duró 25 años. La madre de Josafat era Azuba hija de Silhi: “Era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi.” (1 Reyes 22:42).  

En lugar de Asá reinó su hijo Josafat, quien se mostró fuerte en Israel. Puso tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y destacamentos en todo el territorio de Judá y en las ciudades de Efraín que Asá, su padre, había conquistado. Fue fuerte su defensa contra el Reino del Norte, Israel.

Como Josafat, quien se hizo todo tipo de defensas contra posibles atacantes (ejércitos, ciudades fortificadas, destacamentos en cada ciudad), los cristianos debemos defendernos de nuestros enemigos: la propia debilidad, las tentaciones del mundo y las tinieblas espirituales. El Espíritu Santo nos da las armas, defensivas y ofensivas, para ser victoriosos en nuestra vida cristiana; es la cualidad de fortaleza. 

2. Siempre buscar a Dios.

“3 Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, / 4 sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. / 5 Jehová, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia. / 6 Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá.” (2 Crónicas 17:3-6 

Josafat fue un rey piadoso que adoró de corazón a Jehová y no buscó a los baales: “Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos” (1 Reyes 22:43). Sin embargo el pueblo seguía haciendo sacrificios en los lugares altos. Dios, por su fidelidad, le otorgó gran prosperidad a Josafat.  

Hizo desaparecer de Judá los lugares altos, y centralizó la adoración de Dios en Jerusalén, conforme a la Ley, destruyendo también a los que practicaban la sodomía: “44 Y Josafat hizo paz con el rey de Israel. / 45 Los demás hechos de Josafat, y sus hazañas, y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? / 46 Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa.”  (1 Reyes 22:44-46) 

Porque Josafat no siguió el mal ejemplo de la gente de Israel, se opuso a la adoración pagana y decidió depender sólo de Él, el Señor consolidó su reino.  

Tal como lo hizo el rey Josafat, los cristianos debemos “buscar a Dios” cada día. No es que Dios esté lejos de nosotros sino al contrario, nos alejamos de Él con nuestras desobediencias y actitudes negativas. Esto es la devoción a Dios. Por tanto hemos de buscarle mediante los medios de gracia que Él nos ha dejado para acercárnosle: 1) Lectura y reflexión diaria de Su Palabra; 2) Oración –conversación con Dios- permanente; 3) Participación frecuente en la Santa Cena; 4) Asistencia al culto congregacional; 5) Sumisión a Jesucristo mediante la sujeción al Cuerpo en el Discipulado. 

3. Comunicar la Verdad.

“7 Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; / 8 y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. / 9 Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la Ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.”  (2 Crónicas 17:7-9 

Josafat, al tercer año de su reinado, comenzó una obra educativa. Hoy diríamos evangelizadora y de “edificación” de las mentes con la verdad expresada en la Torá. Comisionó a un grupo de hombres para que fueran por la nación judía enseñando la Ley. 

Envió a sus funcionarios o príncipes, a saber: 1) Ben-hail, 2) Abdías, 3) Zacarías, 4) Natanael y 5) Micaías. Éstos enseñaron la Ley en las ciudades de Judá. En esta labor les colaboraron los siguientes levitas: 1) Semaías, 2) Netanías, 3) Zebadías, 4) Asael, 5) Semiramot, 6) Jonatán, 7) Adonías, 8) Tobías y 9) Tobadonías. Además les acompañaron en tan importante labor los sacerdotes Elisamá y Joram. 

La misión de estos príncipes, levitas y sacerdotes era ir a la gente de Judá con el libro de la Ley del Señor, y enseñársela. Deberían escucharla, comprenderla, memorizarla, obedecerla y enseñarla a sus familias. Así lo hicieron, recorriendo todas las ciudades de Judá y enseñando al pueblo. 

La visión educativa que tuvo Josafat debiera ser también la visión de todo discípulo de Jesucristo: comunicar la Verdad del Evangelio. Es nuestro deber, tanto de obediencia como de gratitud al Señor, dar a conocer en nuestro entorno la salvación por medio de la fe en Jesús. El Espíritu Santo quiere dar vida sobrenatural a los que están “muertos en delitos y pecados” y desea utilizar a cada cristiano como canal de comunicación. Nuestra misión es señalada en las palabras del Maestro:  

“19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; / 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28:19,20) 

4. Inspirar respeto.

“10 Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat. / 11 Y traían de los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los árabes también le trajeron ganados: siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos.”  (2 Crónicas 17:10,11 

Los reinos que rodeaban a Judá sintieron tal miedo al Señor que no se atrevían a pelear contra Josafat. Por el contrario, algunos filisteos traían regalos y plata como tributo a Josafat, y los árabes le llevaron muchísimos carneros y chivos. El terror del Señor les hizo tributarios de Josafat.  

Josafat y su reino inspiraron respeto y admiración sobre los pueblos vecinos, a tal punto que lo reconocieron con tributos y regalos. El cristiano no pretenderá enseñorearse de su prójimo, pero como este rey, muchas veces obtendrá el reconocimiento de sus admiradores. Sin embargo ha de tener claro que esa admiración no es a él por sí mismo sino al que produce en él esa obra: el Señor Jesucristo. Esto es lo que se llama “presencia de Cristo”. 

5. Ser previsores.

“12 Iba, pues, Josafat engrandeciéndose mucho; y edificó en Judá fortalezas y ciudades de aprovisionamiento. / 13 Tuvo muchas provisiones en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén. / 14 Y este es el número de ellos según sus casas paternas: de los jefes de los millares de Judá, el general Adnas, y con él trescientos mil hombres muy esforzados. / 15 Después de él, el jefe Johanán, y con él doscientos ochenta mil. / 16 Tras éste, Amasías hijo de Zicri, el cual se había ofrecido voluntariamente a Jehová, y con él doscientos mil hombres valientes. / 17 De Benjamín, Eliada, hombre muy valeroso, y con él doscientos mil armados de arco y escudo. / 18 Tras éste, Jozabad, y con él ciento ochenta mil dispuestos para la guerra. / 19 Estos eran siervos del rey, sin los que el rey había puesto en las ciudades fortificadas en todo Judá.”  (2 Crónicas 17:12-19 

Este rey se hizo muy poderoso. Construyó fortalezas y ciudades para almacenes y tuvo muchas propiedades en las ciudades de Judá.  

He aquí a continuación la lista de sus valientes soldados: 

  • Por la tribu de Judá, tres grandes grupos: 1) El batallón de Adná con 300.000 soldados; 2) Johanán con 280.000 soldados; y 3) Amasías con 200.000 soldados. 

  • Por la tribu de Benjamín, dos grupos: 1) Eliadá con 200.000 hombres armados con arcos y escudos; y 2) Jozabad con 180.000.

Además de los nombrados, estaban los que el rey había destinado a las ciudades fortificadas de todo Judá. 

El rey Josafat instaló guarniciones en las ciudades fuertes de su reino, e hizo la paz entre Israel y Judá, que desde la época de Roboam habían estado en guerra entre sí, casando a su hijo Joram con Atalía, la hija de Acab y Jezabel. Ésta fue una unión imprudente que traería funestas consecuencias, pero en este capítulo sólo se observan los aspectos positivos del personaje. 

Como Josafat, los cristianos en cierto modo nos hacemos poderosos, pero no en el sentido humano sino espiritual. Nuestro poder es Dios, Su Espíritu actuando en nosotros. Por otro lado, al igual que este rey, debemos ser previsores para los tiempos malos o difíciles. Previsor es el que piensa y prepara con antelación las cosas que hará o necesitará en el futuro. Se puede ser previsor en el aspecto material, ahorrando en una cuenta bancaria, manteniendo una despensa con alimentos para tiempos difíciles, contando con un equipo de emergencia para eventos de la naturaleza, etc. Pero también se puede ser previsor en el aspecto espiritual. Lo dice el Apóstol cuando aconseja: “tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Efesios 6:13) Hay días buenos y días malos; necesitamos estar preparados espiritualmente para los tiempos difíciles. 

CONCLUSIÓN.

El reinado de Josafat contempla importantes enseñanzas para los creyentes en Dios. Durante su gobierno fue glorificado el Señor, ya que Josafat procuró buscar Su voluntad y vivir bajo Su palabra. Está en nosotros cambiar el curso de nuestras vidas, haciendo la voluntad de Dios; así será bendecida la casa y la Iglesia. Como Josafat, tal vez es necesario que hagamos “reformas” para que Dios sea glorificado en nuestras vidas. 

El reinado de Josafat nos enseña a: 1) Defendernos de los enemigos; 2) Siempre buscar a Dios; 3) Comunicar la Verdad; 4) Inspirar respeto; y 5) Ser previsores.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿En qué oportunidades a usted le es difícil someterse a la voluntad Divina?
2)      ¿Qué buenas reformas ha hecho el Señor en su vida personal, familiar, laboral, etc.?
3)      ¿Qué testimonio quiere usted dejar en este mundo?
4)      ¿Qué ha aprendido del reinado de Josafat?
5)      ¿Cómo está luchando actualmente contra su enemigo?
6)      ¿Qué arma del Espíritu Santo utiliza con mayor regularidad?
7)      ¿Cuáles son los “baales” de la actualidad?
8)      ¿Cuál fue la causa del gran éxito de Josafat?
9)      ¿Qué significa en jerga cristiana “buscar a Dios”?
10)  ¿De qué medios de gracia disponemos para acercarnos al Señor?
11)  ¿Si Josafat decidió enseñar al pueblo la Ley, qué debemos enseñar nosotros?
12)  ¿Cuáles son las cinco acciones que debemos hacer con la Palabra de Dios?
13)  ¿Por qué debemos comunicar la Verdad del Evangelio?
14)  ¿Están usted y su Iglesia siendo un canal de comunicación del mensaje de Dios?
15)  ¿Qué misión dio Jesús a Sus discípulos?
16)  ¿Cómo puede un cristiano obtener el reconocimiento de la gente?
17)  ¿En qué consiste el poder de los creyentes?
18)  ¿Cómo podemos ser previsores en el aspecto material?