domingo, septiembre 25, 2016

¿DÓNDE ESTÁ LA CASA DE DIOS?

EN CLAVE 17
MENSAJE 8

Pastor Iván Tapia Contardo

Lectura bíblica: “16 Y entró el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar? / 17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios. / 18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Mas tú conoces a tu siervo.” (1 Crónicas 17:16-18

Idea central: La Casa de Dios. 

Objetivos: a) Comprender que Dios no habita en templos hechos por manos humanas sino en Su creación, sobre todo en el corazón de Sus hijos; b) Comprender y valorar que Dios mismo se edificó una Casa;  c) Comprender y experimentar que Cristo y Su Iglesia son la Casa de Dios, pues habita en cada creyente; d) Agradecer al Señor por escoger por morada nuestro corazón; e) Alabar a Dios por Su grandeza; f) Reconocer la Iglesia entera como pueblo de Dios; g) Pedir al Señor que se haga Su voluntad en nuestra vida, casa e Iglesia; y h) Engrandecer el nombre de Dios. 

Resumen: La Casa de Dios no es un lugar como un templo, catedral o capilla, sino el corazón del cristiano, donde ha venido a morar el Espíritu Santo. Dios, que no habita en obras de hombres, decidió hacer nacer al Mesías en la Casa de David para ser morada de Dios en Él. Cristo es la Casa de Dios.
 

L

a casa es el lugar donde habitamos, espacio donde se cobija la familia y que, con el tiempo, constituye para sus miembros un punto de encuentro de los hermanos, los hijos, los nietos, etc. Más propiamente se le denomina hogar a ese reducto de amor donde se teje la vida familiar. La casa puede ser de diversos materiales, tamaño y forma, según la cultura. En el caso de los hebreos no era destinada a vivir en ella sino para ofrecer refugio contra las inclemencias del tiempo y como lugar de dormir, cuando no se dormía al raso en la azotea. Constaba de un solo espacio amplio, construido con piedras y adobes. El revoque y el suelo eran ordinariamente de barro; en vez de ventanas había unos calados sin cristal. En la era helenístico-romana se construyó un tipo de casa que podía tener una sala en el piso superior, el aposento alto. 

Pero cuando la Biblia habla de “la casa de David”, en hebreo Malkhut Beit David o Reino de la Casa de David, no se refiere a una construcción sino al linaje del rey David, a la dinastía que comenzaría con él y continuaría con su hijo Salomón. La casa de David es la familia que él constituyó y de cuya simiente vendría Jesucristo.

Siempre los seres humanos hemos querido construir una casa para Dios. Así levantamos capillas, templos, catedrales, basílicas, etc. Pero el pensamiento de Dios es muy distinto al nuestro en este aspecto. El Dueño y Creador del universo tiene un pensamiento muy claro al respecto. En este capítulo del primer libro de Crónicas queda muy claro el concepto que Dios tiene de una casa para Él. Cuenta el capítulo 17 que: 

“1 Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas. / 2 Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.” (1 Crónicas 17:1,2 

David se preocupó porque el arca del pacto, el objeto más sagrado de Israel, estaba apenas protegido por unas cortinas, en cambio él habitaba en casa de cedro, una madera finísima y firme que traían del Líbano. El cedro era un árbol grande e impresionante que daba una madera muy apreciada para la construcción de palacios y de templos. Con él se tallaban columnas, vigas, tablones; los paganos hacían ídolos y los marinos mástiles para sus navíos. Su madera desprende un perfume exquisito que se empleaba en el ceremonial de la purificación. 

El rey comunicó esta preocupación al profeta Natán y éste le dijo que hiciera lo que sentía que fuese lo mejor para Dios. Aquí se muestra cómo estaba el corazón de David comprometido con el Señor y cuánto le amaba. ¿Tiene usted en su corazón entregar lo mejor para Dios?  

¿Qué piensa Dios de una casa para Él? 

1.      Dios no habita en templos hechos por manos humanas.
“3 En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: / 4 Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite. / 5 Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. / 6 Por dondequiera que anduve con todo Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?” (1 Crónicas 17:3-6 

Dios le habló a Natán esa noche, para que le dijese a David que él no edificaría un templo para Él: Dios no necesita casa ni templo para habitar. En verdad toda Su creación puede ser Su casa, aunque Él “habita en luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16) “No habita en templos hechos por manos humanas” (Hechos 17:24) Sin embargo puede habitar en el ser humano y, de hecho, el creyente es templo del Espíritu Santo: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” (San Juan 14:23) y “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19) 

Dios le daría a David fama de príncipe: “7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel; / 8 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra.” (1 Crónicas 17:7,8)

Dios escogió al más humilde y menor de los hijos de Isaí, para hacerlo grande ante los hombres. Siempre Dios ha hecho cosas como ésta, humillar al orgulloso y vanidoso, y exaltar al humilde: “5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. / 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:5,6)

También le comunicó a Natán que humillaría a los enemigos de David: “9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, / 10 y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos...” (1 Crónicas 17:9,10a 

Dios dispone que nuestros enemigos, es decir el diablo y las tinieblas, sean repelidos de nuestro lado y nos da la victoria en Cristo. 

Dios no habita en templos hechos por manos humanas; aunque para nuestra satisfacción o como una manera de rendirle culto lo hagamos y construyamos templos y edificios para Él, Dios es más grande que todo eso. Él ya ha provisto una forma de habitar. 

2.      Dios mismo se edificó una Casa.
“...Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. / 11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.” (1 Crónicas 17:10b,11 

Dios le habló a Natán esa noche, para que le dijese a David que Dios mismo se edificaría casa: “Jehová te edificará casa.” La casa que Dios se edificaría no sería de cedro ni de oro ni de piedras preciosas, sino una casa espiritual en el corazón de los que creerían en Su Hijo, la “principal piedra del ángulo”: “4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, / 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” (1 Pedro 2:4,5 

Dios daría descendencia real a David: “Cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.” El rey David tuvo de sus esposas 19 hijos varones: 1) Amnón, 2) Daniel, 3) Absalón, 4) Adonías, 5) Sefatías, 6) Itream, 7) Simea, 8) Sobab, 9) Natán, 10) Salomón, 11) Ibhar, 12) Elisama, 13) Elifelet, 14) Noga, 15) Nefeg, 16) Jafía, 17) Elisama, 18) Eliada y 19) Elifelet, además de Tamar y los hijos de las concubinas. Así lo regista la Biblia: “1 Estos son los hijos de David que le nacieron en Hebrón: Amnón el primogénito, de Ahinoam jezreelita; el segundo, Daniel, de Abigail la de Carmel; / 2 el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur; el cuarto, Adonías hijo de Haguit; / 3 el quinto, Sefatías, de Abital; el sexto, Itream, de Egla su mujer. / 4 Estos seis le nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses; y en Jerusalén reinó treinta y tres años. / 5 Estos cuatro le nacieron en Jerusalén: Simea, Sobab, Natán, y Salomón hijo de Bet-súa hija de Amiel. /  6 Y otros nueve: Ibhar, Elisama, Elifelet, / 7 Noga, Nefeg, Jafía, 8 Elisama, Eliada y Elifelet. / 9 Todos éstos fueron los hijos de David, sin los hijos de las concubinas. Y Tamar fue hermana de ellos.” (1 Crónicas 3:1-9) La descendencia real vino por su hijo Salomón.  

El texto nombra algunas de sus esposas: Ahinoam, Abigail, Maaca, Haguit, Abital, Egla y Bet-súa o Betsabé. Pero también sabemos de Mical, su primera esposa que no estuvo dispuesta a salir de palacio y acompañar a su esposo en la huida. Ella fue estéril. 

Dios levantó un trono eterno de su descendencia: 

“12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. / 13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; / 14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre. / 15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.” (1 Crónicas 17:12-15 

Es indudable que este texto no habla de alguno de los hijos de David sino de su descendiente Jesús de Nazaret, quien edificaría la Iglesia y Su Reino sería confirmado para siempre. Dios es el Padre de ese Rey – Hijo. La misericordia sería el ánimo del Hijo, no como el rey Saúl, anterior a David. El trono de la casa de David es eterno y en él se sienta el Señor Jesucristo. Natán transmitió estas palabras proféticas al rey David. 

Jesús, por línea paterna desciende del rey David, como lo escribe Mateo: “6 Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. / ... / 16 y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.” (San Mateo 1:6,16) 

Lucas señala la genealogía por línea materna: “23 Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí, /... / 32 hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón,” (San Lucas 3:23,32) Al comparar ambas genealogías se observan marcadas diferencias porque son dos líneas distintas, pero las dos nombran al rey David. Tanto María como José eran descendientes del rey David. 

Dios mismo se edificó una Casa, escogiendo la casa de David para sacar de su descendencia a Jesucristo, el Mesías, Salvador del mundo. Dios decidió habitar entre nosotros como el Hijo. 

3.      Cristo y Su Iglesia son la Casa de Dios.
El rey David oró a Dios, expresando: 

a)      Agradecimiento:
“16 Y entró el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar? / 17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios. / 18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Mas tú conoces a tu siervo.” (1 Crónicas 17:16-18 

David da gracias porque Dios ha escogido su casa para un propósito mayor: de ella vendría el Mesías. Cuando conocemos la voluntad de Dios para nuestras vidas, por revelación del Espíritu Santo, nuestro corazón se derrama en agradecimiento delante de Dios.  

b)      Alabanza a Dios por Su grandeza:
“19 Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas. / 20 Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.” (1 Crónicas 17:19,20 

Lo que hemos vivido con el Señor, desde el día que le conocimos y aún antes de conocerle; los testimonios que hemos escuchado de labios de nuestros hermanos en la fe; lo que leemos en Su Palabra, nos motiva sólo a alabarle reconociendo Su gran amor y Su grandeza. 

c)      Reconocimiento de Israel como pueblo de Dios:
“21 ¿Y qué pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuese y se redimiese un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando a las naciones de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto? / 22 Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, Jehová, has venido a ser su Dios.” (1 Crónicas 17:21,22 

Reconocer al pueblo de Dios, tanto el pueblo escogido de Israel como el pueblo gentil que ha creído en Él; discernir la presencia del Espíritu Santo en Su Iglesia extendida por toda la Tierra, en diversidad de idiomas, liturgias, expresiones y hasta doctrinas, es algo que a Dios agrada y que debemos hacer cada día. Así conocemos mejor y reconocemos a nuestros hermanos en la Familia de Dios. 

d)      Petición que se haga la voluntad de Dios en Su siervo y en su casa:
“23 Ahora pues, Jehová, la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho.” (1 Crónicas 17:23 

El Señor habló no sólo acerca de David sino de toda su casa o familia, los descendientes del rey. Nosotros, los cristianos, decimos “hágase Tu voluntad, como es hecha en los cielos, también en la Tierra” 

e)      Engrandecimiento del nombre de Dios:
“24 Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti. / 25 Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti.” (1 Crónicas 17:24,25 

David ruega que su casa permanezca firme delante de Dios. Está maravillado porque el Señor ha prometido edificarle una casa. Engrandecemos Su nombre cuando Él habla y toma dominio sobre nosotros. 

f)        Afirmación de fe en Dios:
“26 Ahora pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien; / 27 y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, Jehová, la has bendecido, y será bendita para siempre.” (1 Crónicas 17:26,27)

Y nosotros afirmamos también: “Tú, Jesucristo, eres Dios que has hablado de Tus hijos todo el bien; has bendecido nuestras familias para que permanezcan eternamente en Tu presencia y sea bendita para siempre.”  

David habló a Jehová Dios en oración, después de haber recibido la profecía y la visión de Natán profeta. David responde agradecido y emocionado a Jehová Dios. Esta oración de David es de gratitud por la respuesta de Dios: haber escogido su casa, la Casa de David, para ser levantada como Su propia Casa. Permanecería perpetuamente delante de Dios. 

Cristo y Su Iglesia son la Casa de Dios. Dios habita en Cristo y Su Espíritu Santo en Su Iglesia. Somos el Cuerpo de Cristo en la Tierra. 

ENSEÑANZAS DE VIDA:
1)      Agradezcamos al Señor por escoger por morada nuestro corazón.
2)      Alabemos a Dios por Su grandeza.
3)      Reconozcamos la Iglesia entera como pueblo de Dios.
4)      Pidamos al Señor que se haga Su voluntad en nuestra vida, casa e Iglesia.
5)      Engrandezcamos el nombre de Dios. 

CONCLUSIÓN.
Cuando nos preguntamos qué piensa Dios de una casa para Él, la respuesta es que: 1) Dios no habita en templos hechos por manos humanas sino en Su creación, sobre todo en el corazón de Sus hijos; 2) Dios mismo se edificó una Casa, Jesucristo, el Hijo nacido de la casa de David; y 3) Cristo y Su Iglesia son la Casa de Dios, pues habita en cada creyente.
 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Qué enseñanzas de vida le deja este sermón?
2)      ¿Cree firmemente que Dios vive en su corazón y en qué basa esa convicción?
3)      ¿Alaba usted a Dios y por qué motivos?
4)      Para su modo de entender la fe, ¿Quiénes pertenecen a la Iglesia y son el pueblo de Dios?
5)      ¿Ora usted por esta Iglesia y en qué aspectos?
6)      ¿De qué modo podemos engrandecer el nombre de Dios?
7)      ¿Es imprescindible que una Iglesia tenga templo?
8)      ¿Dónde habita Dios?
9)      ¿Conoce usted la voluntad de Dios para su vida?
10)  ¿Qué motiva a las personas a alabar a Dios?
11)  ¿Cree usted que Israel sigue siendo el pueblo escogido de Dios o ahora lo es la Iglesia?
12)  ¿Está permitiendo que en su vida se haga la voluntad de Dios “como es hecha en los cielos, también en la Tierra”?
13)  ¿Qué gran honra de parte de Dios recibió David y su familia?
14)  ¿Cómo le ha honrado Dios a usted?
 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_de_David

·         http://biblicomentarios.com/las-escrituras/antiguo-testamento/libros-historicos/1-reyes/lo-que-sabemos-de-las-esposas-e-hijos-de-el-rey-david/

·         http://www.gotquestions.org/Espanol/genealogias-Jesus.html

lunes, septiembre 05, 2016

ESPÍRITU SANTO Y ARREPENTIMIENTO.


 
 
NEUMATOLOGÍA
LECCIÓN 1

Pastor Iván Tapia Contardo

 

Lectura bíblica: “7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. / 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (San Juan 16:7,8) 

Idea central: El Espíritu Santo posibilita el arrepentimiento. 

Objetivos: a) Comprender y valorar la acción del Espíritu Santo en el arrepentimiento; b) Conocer la mirada de los dos Pactos hacia el arrepentimiento; c) Comprender cómo actuaba el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento; d) Comprender y valorar el arrepentimiento en el Nuevo Pacto como condición para la salvación, universal, demostrable en obras, irreemplazable por alguna condición personal, obligación seria en esta vida y parte del mensaje de la Iglesia; e) Comprender la función de convencimiento del pecado que tiene el espíritu Santo. 

Resumen: Diversas funciones cumple el Espíritu Santo de Dios en la vida cristiana, desde sus inicios. Una de ellas es posibilitar el arrepentimiento. En esta enseñanza se destaca la idea de arrepentimiento a través de toda la Biblia. En el Antiguo Pacto se refiere muchas veces a Dios arrepintiéndose, aún cuando se señala que esta es una característica humana. En cambio en el Nuevo Pacto, el arrepentimiento es propio de los seres humanos. Jesús afirmó que es el Espíritu quien nos convence de pecado, justicia y juicio.    

 

S

e llama Neumatología al estudio del Espíritu Santo. La palabra deriva del griego pneuma, que significa “espíritu”, “viento”, “aliento”. La doctrina del Espíritu Santo es una doctrina bíblica. La única fuente donde podemos encontrar información sobre el Espíritu Santo, es la Biblia.

Es muy importante en este estudio tener en cuenta que la Escritura es Cristo céntrica. Jesucristo es el tema central de nuestra fe. No podemos ubicar al Espíritu Santo en el lugar del Hijo de Dios. El Espíritu Santo vino a hablarnos de Cristo y no de sí mismo, aún cuando es una de las tres Personas de la Divinidad.  

Todo discípulo de Jesucristo tiene en alta estima al Espíritu Santo, tal como Jesús lo hizo. Debemos tener un adecuado concepto del Espíritu Santo por dos razones: 1) Porque la vida cristiana comienza y continúa mediante el Espíritu Santo; y 2) Porque toda actividad cristiana válida es inspirada y guiada por el Espíritu Santo.  

Encontramos en la Escritura numerosas obras que no habrían sido posibles sin la intervención del Espíritu Santo. Ya en los primeros versos hallamos al Espíritu de Dios obrando en Su creación: 1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. / 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. / 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.” (Génesis 1:1-3).  

Tal como lo la luz iluminó la creación de nuestro mundo, un día Cristo iluminó nuestras vidas, mas para ello fue necesario primero que se provocara en nosotros el “arrepentimiento”. Éste es obra de Dios en nuestras vidas, por medio del Espíritu Santo.
 

¿Por qué el arrepentimiento no es posible sin el Espíritu Santo?

 

  1. El Espíritu Santo nos guía al arrepentimiento.  

A.     El arrepentimiento en el Antiguo Testamento.

58 veces se nombra el arrepentimiento en la Biblia; 17 en el Antiguo Testamento y 41 en el Nuevo Testamento, es decir que en el Nuevo Pacto se da mayor importancia a este concepto que implica entendimiento, sentimientos y cambio de actitud ante Dios. Todas las veces que se habla de arrepentimiento en el Antiguo están referidas a Dios, cambiando Su proceder con respecto a los hombres: 

Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.” (1 Samuel 15:35) 

Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias.” (Salmos 106:45) 

Yo Jehová he hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el Señor. ” (Ezequiel 24:14) 

Sin embargo el primer libro de Samuel dice que Él “no es hombre para que se arrepienta”. El arrepentimiento es una cosa propia de hombres y no de Dios: Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta.” (1 Samuel 15:29) 

En el Antiguo Testamento se llama al arrepentimiento “volverse del mal camino”: Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.” (Jeremías 26:3) 

En el Antiguo Pacto, el Espíritu Santo habló a través de determinados individuos, como los patriarcas y profetas. El Espíritu guiaba al pueblo a la obediencia a la Ley; aún no entraba en forma definitiva en el corazón del ser humano sino que a algunos los visitaba o tomaba para hablar a los hebreos. El arrepentimiento consistía en darse cuenta de su desobediencia y reconciliarse con Dios por medio de sacrificios y obedeciendo a Su ley. 

Dios anuncia en el Antiguo Testamento que Él les dará un nuevo espíritu y cambiará los corazones de los que crean en Él, promulgando un Nuevo Pacto: “31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. / 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. / 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” (Jeremías 31:31-33)

 

  1. El arrepentimiento en el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento menciona 41 veces el arrepentimiento. En todos los versículos se refiere al arrepentimiento humano excepto uno. Este es el único versículo del Nuevo Testamento donde se refiere un hipotético “arrepentimiento” de Dios. El Señor juró y no negará Su juramento:   porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.” (Hebreos 7:21)

 

1) El arrepentimiento es condición para la salvación.

a)      El Reino de Dios exige el arrepentimiento: y diciendo: arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (San Mateo 3:2)

b)      Era parte de la predicación de Jesús, lo primero que anunció: Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (San Mateo 4:17)

c)      El arrepentimiento va unido a la fe en el mensaje de Jesucristo:diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” (San Marcos 1:15)

d)     Quien no se arrepiente de su pecado, perecerá en la eternidad: Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.”  (San Lucas 13:3)

e)      Al arrepentimiento del hombre y su bautismo en agua, sigue el cumplimiento de la promesa de Dios, la recepción del Espíritu Santo. Esta es la entrada o puerta al Reino de Dios: Arrepentimiento, bautismo en agua y bautismo del Espíritu. Pedro les dijo: arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”  (Hechos 2:38)

 

2) El arrepentimiento es para todo ser humano.

a)      Los cristianos judíos se extrañaron profundamente al percatarse que también los gentiles podían arrepentirse y convertirse a Dios: Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”  (Hechos 11:18)

b)      Dios desea que todos los seres humanos se arrepientan: El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9)

c)      Dios está interesado en que todo pecador se arrepienta: Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” (San Lucas 15:7)

 

3) El arrepentimiento es para los pecadores.

a)      El llamado de Jesús es para todos los pecadores y no para los que no pecan; el llamado es en primer lugar al arrepentimiento: Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” (San Mateo 9:13)

 

4) El arrepentimiento se demuestra en obras.

a)      El arrepentimiento se demuestra en actos: Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento(San Mateo 3:8)

b)      Se exigió a los gentiles que demostraran su arrepentimiento con una vida cambiada. Cuando aquí se habla de “obras” se refiere a actitudes, hechos, modo de vivir, más que a acciones de caridad. No debemos confundirnos con el concepto “obras de misericordia” cuando leemos en la Biblia la palabra “obras”. Obra es una acción, que puede ser a favor del prójimo o sencillamente una actitud correcta, como no robar, no ser corrupto, mentiroso, etc. sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.” (Hechos 26:20)

c)      Los pecados sexuales deben ser reconocidos y confesados ante Dios: que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido.”  (2 Corintios 12:21)

 

5) El arrepentimiento predicado por Juan el Bautista.

a)      El bautismo de Juan el Bautista era para arrepentimiento o cambio de actitud para con Dios: Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” (San Mateo 3:11)

b)      El apóstol Pablo explicó la diferencia entre la prédica de Juan el Bautista y Jesús: Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.”  (Hechos 13:24)

 

6) El falso arrepentimiento.

a)      Esaú hizo algo muy grave, desde el punto de vista espiritual, al menospreciar la bendición de ser el primogénito de Isaac. Cuando se dio cuenta de todo lo que perdía, quiso recuperar la primogenitura, pero no le fue dada. En verdad lo que él experimentó no fue arrepentimiento sino dolor por codicia: “16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. / 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.” (Hebreos 2:16,17)

b)      El “arrepentimiento” de Judas no fue tal, sino más bien fue sólo culpabilidad sin reconocimiento ante Dios por su pecado. Esto se demuestra cuando toma la decisión de auto eliminarse:Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos”  (San Mateo 27:3)

 

7) El arrepentimiento no puede ser reemplazado por alguna condición personal.

a)      De nada vale decir que provengo de una familia, abuelos y padres cristianos o judíos, si yo no he experimentado en forma personal el arrepentimiento: Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.” (San Lucas 3:8)

 

8) El arrepentimiento es una obligación seria en esta vida.

a)      “Reconvenir” es “reprender suavemente a una persona por algo que ha dicho o hecho mal”. A aquellas ciudades que fueron testigos de Sus señales divinas y, a pesar de ello, no se arrepintieron, Él las reprendió con amor: Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo” (San Mateo 11:20)

b)      El arrepentimiento es en esta vida y no en la eternidad: El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.” (San Lucas 16:30)

c)      Advierte a la Iglesia local que se apresure en arrepentirse, cambiar de actitud, hacer obras dignas de arrepentimiento, volver a actuar con el amor que lo hacía cuando empezó a seguirlo. Amenaza con quitarle el candelero que simboliza su calidad de Iglesia; significa que dejará de alumbrar al mundo si no se arrepiente, si no cambia. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” (Apocalipsis 2:5)

d)     Una pecadora metida por Satanás en la Iglesia de Tiatira hace conductas escandalosas. El Señor le ha esperado para que se arrepienta, pero ella se niega a hacerlo. En la Iglesia suele haber hermanos que pecan grave e insistentemente, que no pueden dejar de hacerlo, por alguna razón. En el Texto el Señor advierte que castigará a la mujer que está corrompiendo la fe de los discípulos de Tiatira, si ella no se arrepiente. El cristiano tiene el deber de arrepentirse de sus pecados.  20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. / Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. / 22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. ” (Apocalipsis 2:20-22)

e)      Quien una vez se arrepintió de sus pecados y fue salvado por Jesús, no podrá volver al mundo para otra vez arrepentirse, pues no se puede crucificar al Señor una y otra vez. y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”  (Hebreos 6:6)

 

9) El arrepentimiento es parte del mensaje de la Iglesia.

a)      La predicación del Evangelio por los apóstoles se inició en la ciudad de Jerusalén, fue y es en el nombre de Jesucristo y su contenido es el arrepentimiento de los pecadores y el perdón de los pecados por Dios: y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” (San Lucas 24:47)

b)      Estas son enseñanzas básicas del cristianismo: el arrepentimiento, la fe en Dios y otras, no se pueden olvidar o menospreciar, pues sobre ellas se sostiene el resto de las enseñanzas o doctrinas. El arrepentimiento es de “obras muertas”, es decir de acciones que llevan a la muerte, de hechos que son propios de un alma muerta, un incrédulo, y no de un resucitado, vivo, por Cristo. Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios” (Hebreos 6:1) 

Los textos anteriores nos hablan de la importancia que tiene el arrepentimiento en la conversión de una persona. No podemos pasar de las tinieblas a la luz, sin arrepentirnos de toda una vida anterior de pecado, rebelión y desobediencia.  

En el Nuevo Testamento el Espíritu Santo se introduce en el espíritu de aquellos que se han arrepentido y creído en Jesucristo como Señor y Salvador. Para poder arrepentirse es necesario que Dios mismo, por medio de Su Espíritu Santo, nos hable y conduzca a la vergüenza y el dolor ante Dios por haber pecado contra Él. 

 

  1. El Espíritu Santo nos convence de pecado.

“7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. / 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (San Juan 16:7,8) 

La bondad de Dios debiera conmover mi conciencia y motivarme al arrepentimiento, mas el corazón del ser humano está tan envilecido y duro que se justifica a sí mismo, no reconoce su pecado ante Dios ni se arrepiente. ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4) 

Dios contrista, entristece o aflige nuestra alma cuando pecamos. Ese tipo de tristeza produce arrepentimiento. Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte.”  (2 Corintios 7:9) 

El propósito del arrepentimiento es el perdón de pecados. Arrepentirse es reconocer que soy pecador, algo así como un diagnóstico espiritual, una radiografía que el Espíritu Santo me da de mí mismo. Convertirse es volverse a Dios. Al arrepentirnos y convertirnos Dios borra nuestros pecados y comenzamos a experimentar la presencia del Señor en nuestras vidas. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”  (Hechos 3:19) 

Es el mismo Espíritu de Dios que nos enfrenta con nuestra pobre condición de pecadores y nos convence de ello. Es una obra que nadie más que el Espíritu Santo puede hacer.  

El Espíritu nos convence también de la necesidad de la justicia de Dios en nuestra vida, que Dios no nos puede aceptar así como somos de sucios y pecadores, por tanto estamos condenados a la perdición eterna. Si Dios es Justo, Él debe condenarnos. Sin embargo, tan grande es Su amor por la Humanidad, que se ha entregado Él mismo por nosotros, como víctima en la cruz, para pagar el precio de nuestro pecado. 

El Espíritu Santo cumple una labor fundamental en nuestra vida espiritual. Es Él quien nos convence de pecado y nos conduce hacia la salvación en Cristo, transformándonos en cristianos.

 

CONCLUSIÓN.

El arrepentimiento no es posible sin la acción del Espíritu Santo. La Biblia plantea que el Espíritu Santo nos guía al arrepentimiento:

  1. El arrepentimiento en el Antiguo Testamento está la mayoría de las veces referido a Dios, a pesar que Primera de Samuel precisa que Dios “no es hombre para que se arrepienta”. El arrepentimiento es propio de hombres y no de Dios. En el Antiguo Testamento se llama al arrepentimiento “volverse del mal camino”. El Espíritu Santo habló a través de determinados individuos, como los patriarcas y profetas. También anunció que un día les daría un nuevo espíritu y cambiaría los corazones de Su pueblo, promulgando un Nuevo Pacto.

 

  1. El arrepentimiento en el Nuevo Testamento se refiere al arrepentimiento humano excepto una vez en que se refiere un hipotético “arrepentimiento” de Dios. En el Nuevo Pacto, el arrepentimiento:

a)      Es condición para la salvación.

b)      Es para todo ser humano.

c)      Es para los pecadores.

d)     Se demuestra en obras.

e)      Es predicado por Juan el Bautista.

f)       A veces es falso.

g)      No puede ser reemplazado por alguna condición personal.

h)      Es una obligación seria en esta vida.

i)        Es parte del mensaje de la Iglesia.

 

Finalmente, la Biblia plantea que el Espíritu Santo nos convence de pecado, cumpliendo la función importantísima de convencernos que somos pecadores y hemos pecado, por tanto debemos arrepentirnos. Nos conduce a la salvación en Cristo.

 

ENSEÑANZAS DE VIDA.

1)      Arrepentirnos cada día de nuestros pecados frente al Señor Jesucristo.

2)      Dar gracias al Espíritu Santo por habernos conducido al arrepentimiento.

3)      Dar gracias a Dios por el Nuevo Pacto en la sangre de Jesús.

4)      Hacer obras fruto del arrepentimiento.

5)      Desechar cualquiera auto justificación ante Dios para nuestra salvación.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿De qué y quién nos habla el Espíritu Santo?

2)      ¿Por qué es tan importante el Espíritu Santo para el cristiano?

3)      ¿Qué experiencias y obras en su vida personal han sido posibles por la intervención del Espíritu Santo?

4)      ¿Cuándo comenzó a manifestarse el Espíritu Santo?

5)      ¿Por qué el arrepentimiento no es posible sin el Espíritu Santo?

6)      ¿Qué dice el Antiguo Testamento acerca del arrepentimiento?

7)      ¿Qué diferencia hay entre cómo experimentaban el Espíritu Santo los hombres del Antiguo Testamento con los del Nuevo?

8)      ¿En qué consiste el Nuevo Pacto?

9)      ¿En qué sentido el arrepentimiento es condición para la salvación?

10)  ¿Es el arrepentimiento una emoción, un pensamiento, una actitud o una acción?

11)  ¿Es el arrepentimiento es para todo ser humano o sólo para algunos?

12)  ¿Qué diferencia hay entre arrepentirse y sentirse culpable?

13)  ¿Debemos creer al mensaje de Dios, a pesar de los mensajeros?

14)  Piense de qué pecados tiene usted que arrepentirse y luego confiéselos a Dios en privado.

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         Apuntes de clases de Neumatología del profesor Rvdo. David King, Seminario Teológico De La Gracia, Chile, noviembre de 2008.

·         Pneumatologia, la Doctrina del Espíritu Santo,

http://knowingjesuschrist.com/languages/spanish-espanol/biblia-estudia-bible-studies/164-doctrinas-biblicas/317-pneumatologia-la-doctrina-del-espiritu-santo