domingo, enero 01, 2017

COSTUMBRES DE AÑO NUEVO



MENSAJE DE AÑO NUEVO Nº5
AÑO 2016

 

© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. / 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.” (Isaías 43:18,19) 

Idea central: El sentido evangélico de las costumbres de Año Nuevo. 

Objetivos: a) Comprender que cada cultura tiene distintas costumbres y tradiciones de Año Nuevo; b) Asumir esta fiesta secular con espiritualidad cristiana; c) Evaluar lo vivido y aprendido durante el año que termina; d) Esperar en oración el nuevo año; e) Bendecir en el abrazo de Año Nuevo a nuestros prójimos; f) Comprender, valorar y superar lo efímero de la vida; y g) Proyectarse al nuevo año con fe, amor y esperanza. 

Resumen: Los cristianos, si bien hemos sido apartados para Dios, seguimos viviendo en medio de la sociedad. Dentro de las costumbres seculares está la celebración del Año Nuevo. La presente enseñanza nos dispone a vivir con espíritu cristiano esta fiesta que consiste en evaluar lo vivido, esperar con esperanza, bendecir con amor, comprender lo efímero de la vida y proyectarse al nuevo año. 

E
l pueblo hebreo, como todas las antiguas civilizaciones, utilizaba un calendario lunar, es decir que consideraban las órbitas de la Luna para marcar el paso de un mes a otro. Así establecieron los 12 meses del año, que corresponden a una órbita completa de la Tierra alrededor del Sol.  

Los egipcios fueron los primeros en cambiar a un calendario solar, que es un poco más exacto. Tenían los 365 días del año, de 30 días cada mes. Al término del año agregaban los 5 días que faltaban para completar la cantidad de 365. Pero las 4 horas restantes iban sobrando y acumulándose a través de los años. Su religión no les permitía hacer un cambio.  

En el Imperio Romano se contaba con un calendario de 304 días distribuidos en 10 meses, lo que ocasionaba grandes dificultades en la comprensión del tiempo natural y las estaciones, hasta que Julio César, en el año 46 AC, reformó el calendario ajustándolo al curso del Sol. El “calendario juliano” retomó los 365 días divididos en 12 meses y sumando un día cada 4 años, lo que originó el concepto de año bisiesto. Para poder hacer dicha reforma, César debió hacer ese año de 15 meses. Situó en primer lugar Enero, dando origen a la distribución actual del calendario. Los nombres de los seis primeros meses tienen su origen en el nombre de los dioses romanos Janus, Februo o Plutón, Marte, Afrodita, Maia y Juno; el mes de julio fue en honor a Julio César y agosto al emperador Augusto; y los cuatro meses restantes conservaron su nominación original como séptimo, octavo, noveno y décimo mes. 

En el siglo XVI hizo crisis el sistema juliano, ya que se dio un retraso de 10 días entre el calendario civil y el astronómico. Entonces, el papa Gregorio XIII dictó en 1582 una orden que ponía en vigencia un nuevo calendario que fijaba 97 años bisiestos cada 4 siglos, en lugar de los 100 que marcaba el calendario juliano. 

El calendario utilizado no es un tema religioso. No debemos tener tal prejuicio. Es más bien algo científico. No es necesario que los cristianos, por admiración hacia la cultura judía, volvamos al imperfecto calendario lunar que utilizaban los hebreos y otros pueblos de la Antigüedad. Dicho esto y aceptando como costumbre ya global, reflexionemos un momento sobre el significado que nos atañe a nosotros como discípulos de Jesucristo. 

¿Qué significa para un cristiano la celebración de Año Nuevo?
 

  1. La cena de Año Nuevo, evaluación de lo aprendido.
6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. / 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. / 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 Timoteo 4:6-8) 

La noche de Año Nuevo o “noche vieja” es el término de un año. Se finalizan los trabajos, estudios, esfuerzos de todo un año. Se siente en el alma que se ha concluido una etapa. Hay cierta nostalgia por lo que se fue, se dejó y no volverá, pero también la expectativa por lo que viene y trae el nuevo año.  

Para alguno será tiempo de recordar a los que partieron, los que ya no están con la familia. Reunidos a la mesa familiar, en torno a una comida mejor que en otras ocasiones, se dará gracias y conversará respecto a lo acaecido en el año que parte. La reflexión podrá ser en silencio o en voz alta, pero indudablemente será una evaluación de lo aprendido, los éxitos y traspiés, las penas y alegrías que se vivieron en esos 365 días.  
 

  1. La espera de los fuegos artificiales, la espera en oración.
22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; / 23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. / 24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? / 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.” (Romanos 8:22-25) 

Es frecuente que en nuestras ciudades se realice un espectáculo de fuegos pirotécnicos. Todos acuden a verlo, sea desde la ventana de su hogar o en algún lugar público. No son pocos los esfuerzos que se hacen por ver ese hermoso espectáculo. La espera una hora o minutos antes de que se inicie es un tiempo de nerviosismo para algunos, de risas y demostraciones de alegría; para otros de nostalgia por los seres queridos que están ausentes, sea por lejanía, enfermedad o muerte. 

Para los cristianos es un tiempo propicio para la oración. Damos gracias a Dios por todos Sus beneficios y bendiciones; rogamos por nuestros seres amados, hermanos y amigos; adoramos al Creador, Dios de Luz y Amor.  

Este momento es también una instancia de “espera”. Recordemos que la vida es también una espera del cumplimiento de la esperanza eterna: ser salvos e irnos a morar eternamente con Cristo en los cielos. 
 

  1. El abrazo de Año Nuevo, la bendición de mi prójimo.
“2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2) 

Cuando marcan las 12 de la noche finaliza el año y comienza otro. Se acostumbra abrazar a nuestros seres queridos y amigos con un caluroso abrazo y el deseo de un feliz Año Nuevo. En palabras cristianas este abrazo es una bendición o buen deseo para el otro.  

La prosperidad en todo ámbito, tanto material como espiritual, es el primer deseo que nos señala el versículo de San Juan; luego una buena salud física, psicológica y espiritual; y por último el crecimiento en el conocimiento de Dios, al que llama prosperidad del alma. 
 

  1. El espectáculo pirotécnico, lo efímero de la vida.
12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?” (Eclesiastés 6:12) 

7 Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. / 8 En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. / 9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.” (Eclesiastés 9:7-9 

Con gran algarabía, gritos, vítores, exclamaciones de admiración y júbilo se reciben los fuegos artificiales, sea en el mar, en un cerro o edificio en medio de la ciudad. Ascienden los cohetes y estallan en el aire con mis colores y formas. La magia de este espectáculo está en su instantaneidad: en un segundo nace y muere tanta belleza. Es como la vida en que los momentos de alegría, plenitud o gozo son pasajeros. La vida misma es fugaz y si no sabemos disfrutarla en todos sus instantes, jamás podremos atraparla. 

Otra interpretación de este evento es la “quema” de todo lo pasado, en especial las malas experiencias, los pecados, los dolores, etc.  
 

  1. El término de la celebración, la proyección futura.
Finalizada la fiesta nos avocaremos a enfrentar el nuevo año, planificar los propósitos y acciones a realizar durante el nuevo año y a orar por ello, pidiendo al Señor Su guía. El Espíritu Santo nos enseña cuál ha de ser nuestra actitud ante el futuro: 

“12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. / 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, / 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. / 15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. / 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.” (Filipenses 3:12-16)
 

CONCLUSIÓN.

Cada cultura tiene distintas costumbres y tradiciones de Año Nuevo. Si bien es cierto es una fecha que más dice relación con la vida secular, los cristianos la asumimos con nuestra particular espiritualidad. Todo lo que hagamos en la vida debe ser influido y contaminado con el Evangelio. Para un cristiano, la celebración de Año Nuevo tiene unos significados muy profundos, a saber: 1) La cena de Año Nuevo o evaluación de lo aprendido; 2) La espera de los fuegos artificiales o espera en oración; 3) El abrazo de Año Nuevo o bendición de mi prójimo; 4) El espectáculo pirotécnico o lo efímero de la vida; y 5) El término de la celebración o la proyección futura.

 

PARA REFLEXIONAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuál quiere que sea su último pensamiento en este año y cuál el primer pensamiento en el año nuevo?

2)      ¿Qué tradición de Año Nuevo usted jamás abandonaría?

3)      ¿Qué costumbres de Año Nuevo considera negativas?

4)      ¿Debemos los cristianos celebrar el Año Nuevo?

5)      ¿Conoce el origen de los nombres de los ocho primeros meses del año?

6)      ¿Cuál fue su oración la noche de Año Nuevo?

7)      ¿A quién o quiénes le gustaría abrazar y bendecir?

8)      ¿Cuál fue su principal logro en el año que termina?

9)      ¿Qué propósitos se hace para el año que se inicia?

  

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·          “Watchtower Biblioteca en Línea” Disponible en http://wol.jw.org/es/wol/h/r4/lp-s
·         http://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/cual-es-el-origen-del-calendario-actual-121395405350
·         https://es.wikipedia.org/wiki/Calendario_egipcio
·         http://www.imperivm.org/articulos/origen-de-los-nombres-de-los-meses.html

 

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