domingo, mayo 14, 2017

EVANGELIO, JUSTICIA Y FE.

EL EVANGELIO
LECCIÓN 5

© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. / 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:16,17) 

Idea central: El Evangelio revela la justicia por fe. 

Objetivos: a) Valorar el Evangelio como un mensaje revelador; b) Comprender y valorar el rol de Jesucristo en el Evangelio; c) Comprender el concepto de justicia en el Evangelio y cómo actúa en nosotros; d) Comprender y valorar el papel de la fe en la justificación; e) Comprender qué significa por fe y para fe, en el mensaje evangélico;  y f) Comprender, apreciar y vivir el dogma cristiano “Que el justo vive por la fe”. 

Resumen: El Evangelio es un mensaje revelador. Nos da a conocer la justicia Divina y sus alcances para la Humanidad pecadora; revela que la justificación del hombre es por medio de la  fe en Jesús; que esa justicia se expande a través de toda la vida de quien conserva esa fe; y que el hombre justo vive por la fe. 

E
n esta serie de enseñanzas hemos estado abordando el Evangelio, el maravilloso mensaje que Jesucristo trajo a la Humanidad. Hemos visto que ése es el Evangelio del Reino, es decir el mensaje de que el gobierno de Dios quiere establecerse sobre cada ser humano arrepentido que le reciba como Señor y Salvador de su vida. También estudiamos que es el Evangelio de Dios; no es un invento humano sino que nace en el mismo corazón de la Divinidad y a Él le pertenece, por tanto debemos respetarlo y comprenderlo bien. Luego estudiamos los resultados o el fruto del Evangelio, las consecuencias benéficas que tiene en la vida de una persona cuando vive Su Verdad. Otro tema fue el Evangelio como nuestra misión, la responsabilidad de anunciarlo a toda criatura, no sólo en palabras sino también en acciones.  

En verdad el Evangelio es un poder Divino que permite la salvación de cualquier ser humano, sin considerar raza, nacionalidad, sexo, nivel cultural o social, etc. Es un mensaje tan poderoso que, por medio del amor transforma las vidas. Pero ahora veremos que contiene otro elemento tan poderoso como el amor, que es capaz de traer justicia y vida a nuestra pobre existencia pecadora, me refiero a la fe, don de Dios. 

Mediante el Evangelio, Dios revela algo muy importante para todo ser humano; un asunto que dice relación con su vida aquí y en la eternidad. Del mensaje del Evangelio depende nuestra salvación eterna. 

¿Qué revela el Evangelio? 

  1. Revela la justicia de Dios.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela...”  

La justicia es un principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. Los seres humanos, por tener una conciencia moral, siempre esperamos que se nos trate con justicia en la familia, la escuela, el trabajo y la sociedad. De acuerdo a este concepto de justicia también procuramos actuar. Sin embargo no siempre obramos ni encontramos justicia en nuestro medio.

La verdadera y perfecta justicia sólo se encuentra en Dios. Él es un Dios justo:

·         “9 Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.” (Salmos 7:9)

  • “18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.” (Isaías 30:18)
 
  • “21 Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.” (Isaías 45:21) 

Siendo un Dios justo, actúa con justicia y ejerce justicia. Cuando el Texto dice que “en el evangelio la justicia de Dios se revela” significa que el Evangelio o mensaje de Jesucristo, reveló el acto justo de Dios con respecto al pecado del Hombre. Como Juez Justo, Dios consideró lo siguiente: 

1)      El Hombre desobedeció a Dios en el Edén y se puso bajo la autoridad del diablo. Su mandamiento fue: “16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; / 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16,17) 

2)      El Hombre al desobedecer a Dios y pecar obtiene como resultado el deterioro de sí, del entorno y su propia muerte: “17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. / 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. / 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Génesis 3:17-19) 

3)      El Hombre para ser redimido o liberado del castigo de su propia culpa y poder recuperar la condición que tenía en el Edén, debe hacer un sacrificio de muerte: 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda” (Génesis 4:4) “Redimir” significa liberar a alguien de un sufrimiento o de un castigo; también implica recuperar algo perdido o embargado. Todos los sacrificios del Antiguo Testamento apuntan a la redención del Hombre de su pecado, culpa, inmundicia o enfermedad. 

4)      El Hombre ha sido contaminado por el pecado y no tiene otro remedio que la muerte, debe morir, mas Dios decide sustituirlo en ese sacrificio de muerte, enviando a Su Hijo Jesucristo a morir en la cruz sustituyendo al Hombre. El Hijo de Dios sería “14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2:14) Jesús pagaría el precio de nuestro pecado, sustituyéndonos en la cruz: “5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. / 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” (Isaías 53:5,6) 

De este modo Dios ejerció justicia sobre el pecador, castigando a Su propio Hijo, quien nos sustituyó. 

  1. Revela la justicia de Dios por fe.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe...”  

Dios se revela al ser humano a través de todo lo creado; es lo que se llama “revelación natural”; sin embargo muchos permanecen ciegos a esta revelación: 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. / 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. / 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” (Romanos 1:19-21) 

Pero hay una “revelación especial” que es la manifestada por Su Palabra inspirada por el Espíritu Santo. Esta revelación es la evidencia escrita de que Dios se ha comunicado con el hombre. La inspiración del Espíritu Santo capacitó a los escritores bíblicos para escribir perfectamente la Verdad revelada.  

Dios reveló a San Pablo que el hombre carece de justicia: “10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; / 11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.” (Romanos 3:10,11) El hombre necesita justicia: “9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, / 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.” (1 Corintios 6:9) Puede obtener esa justicia por fe. 

Somos justificados, es decir considerados por Dios como justos, no por esfuerzo humano, no por buenas obras, no por sacramentos, rituales u otra acción, sino sólo por fe en Jesucristo. Dios no quiso salvarnos de la condenación eterna por nuestra propia justicia sino por una justicia ajena, la que no tiene su origen en nosotros sino que nos viene de afuera, no procede de la Tierra sino del Cielo. 

  1. Revela la justicia de Dios para fe.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela... para fe...” 

“Para” indica la finalidad de una acción. Por ejemplo cuando se lee en la Escritura: 22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.” (Génesis 3:22) 

También se usa la palabra “para” al indicar la utilidad, destino o uso de algo: 14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, / 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.” (Génesis 1:14,15) La finalidad de las lumbreras era distinguir entre día y noche, estaciones, días y años; y para iluminar la tierra. 

“Para fe” indica que la fe es como un envase que recibe y contiene la justicia de Dios. Al tener esta fe, la justicia Divina se nos muestra con toda claridad y nos aferramos a ella. La justificación del pecador es “por fe” y también tiene una finalidad: “para fe”, para que el cristiano viva permanentemente en fe, justificado por la sangre de Jesús. La justicia de Dios nos justifica para vivir la vida de Jesús, una vida que nos santifica, sana, renueva y transforma. 

La frase “por fe” nos indica cómo fuimos justificados; mas la frase “para fe” nos dice que cada día somos justificados por la fe que llevamos dentro.  

  1. Revela que el justo vive por la fe.
“...como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”  

Esta es una declaración tan sugerente, que parece contener varios significados. En el Antiguo Testamento, el profeta Habacuc se quejaba a Dios por la injusticia así: “1 La profecía que vio el profeta Habacuc. / 2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? / 3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. / 4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.” (Habacuc 1:1-4) Este profeta menor, que vivió durante el dominio del imperio caldeo-babilonio que oprimía con crueldad a los pueblos que conquistaba, reclama que el justo es asediado por el impío y la ley no se cumple, triunfando la injusticia. El pueblo judío era gobernado por el rey Joacim. 

El profeta exige a Dios una respuesta: “1 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.” (Habacuc 2:1) Y Dios por fin le responde: 

“2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. / 3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. / 4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” (Habacuc 2:2-4) La fe es el elemento que da vida al justo. El impío se enorgullece de sí mismo, es vanidoso y orgulloso; todo lo contrario es el justo: humilde, manso, sencillo y en eso consiste la “vida” que recibe. En cambio el impío recibe “muerte”. Ni la muerte ni la vida debemos entenderlas como biológicas, ni siquiera psicológica o del alma, sino espiritual. 

Recordemos que la Biblia nos muestra tres tipos de vida:

1.      Bíos. La vida biológica; “…los afanes y las riquezas y los placeres de la vida” (San Lucas 8:14). Esta palabra griega se refiere a la vida física de uno y es de dónde la palabra biología proviene. El cuerpo (en hebreo: «basar»; en griego: «soma») tiene la vida “bíos”. 

2.      Psujé: La vida psicológica, “Porque el que quiera salvar la vida de su alma, la perderá” (San Mateo 16:25). La palabra griega aquí se refiere a la vida psicológica del alma, es decir, la mente, emoción y voluntad, y es de dónde obtenemos la palabra psicología. El alma (en hebreo: «nephesh»; en griego: «psuche») tiene la vida “psique”. 

3.      Zoé: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (San Juan 1:4). La palabra griega aquí se refiere a la vida increada, eterna, la vida divina poseída exclusivamente por Dios. El espíritu (en hebreo: «ruach»; en griego: «pneuma») recibe la vida “zoé” 

Desde el punto de vista de Dios hay sólo dos actitudes ante la vida: de fe o de incredulidad. Podemos aceptar a Dios y Sus principios, conduciéndonos conformes a ellos, o hacer todo lo contrario y rechazar el gobierno de Dios sobre nuestras vidas. Así, el justo por la fe vivirá. Fundaremos la vida en la fe en Dios o en la incredulidad y rechazo de Dios. Fe significa aceptar, creer y adoptar lo que la Palabra de Dios nos enseña. Cuando optamos por Dios y Su Palabra, nacemos de nuevo y Dios nos da la “vida” de Su Espíritu, la vida zoé. Entonces podemos decir “Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17 

El Evangelio de Habacuc es el mismo Evangelio del apóstol Pablo, predicado por el Señor Jesucristo. El Nuevo Testamento no niega el Antiguo. Siempre la fe ha sido justificante para con Dios, como en el caso de Abraham: “6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.” (Génesis 15:6) De modo que el justo por la fe vivirá, una fe que salva y es un acto continuado y sostenido a lo largo de la vida. Así como la respiración para el cuerpo lo es la fe para el alma, la virtud más fundamental de la vida cristiana y de la que nacen todas las demás. 

CONCLUSIÓN.

El Evangelio es un mensaje revelador. Fue traído a la tierra por Jesucristo, el Hijo de Dios. En ese mensaje Él ocupa un lugar central, es la Víctima que ocupó nuestro lugar para darnos la salvación. El Evangelio revela: 1) La justicia de Dios; 2) La justicia de Dios por fe; 3) La justicia de Dios para fe; y 4) Que el justo vive por la fe.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Qué significa para usted el Evangelio?

2)      ¿Qué lugar ocupa Jesucristo en el Evangelio?

3)      ¿En qué consiste para usted el Evangelio del Reino?

4)      ¿Cómo y cuándo debemos anunciar el Evangelio?

5)      ¿Qué elemento es más importante en el Evangelio: el amor, la fe o la justicia?

6)      ¿Cómo ha vivido la injusticia?

7)      ¿Es la historia de Adán y Eva un evento que no se observa en la actualidad?

8)      ¿Qué significa para usted la justificación?

9)      ¿Qué utilidad tiene el Evangelio?

10)  ¿Qué diferencia a un justo de un impío?

11)  ¿Cuáles son las dos actitudes opuestas básicas ante la vida?

12)  ¿Cómo experimenta usted el vivir por fe?

13)  ¿Qué cosa nueva ha comprendido hoy sobre el Evangelio?

 
 
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
  • Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
  • MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
  • (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
  • (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
  • “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
  • "Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
  • "Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
  • Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
  • (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
  • Margenet Nadal, Óscar “El justo por su fe vivirá” Disponible en:
    • http://protestantedigital.com/magacin/14358/El_justo_por_su_fe_vivira
  • https://elpuntocristiano.org/estudios/revelacion-inspiracion-iluminacion/
  • Lloyd-Jones,  Martyn  El justo por su fe vivirá” Disponible en:   http://www.iglesiareformada.com/Lloyd_Jones_Justo_Vivira.html
  • Spurgeon, Charles Haddon “El justo por su fe vivirá” Disponible en:
    • http://www.spurgeongems.org/schs1749.pdf
 
 

domingo, mayo 07, 2017

EL AMOR DE CRISTO.



AMIGOS DE JESÚS
Enseñanza 11

© Maestra Elena Montaner

 “Como el Padre me ha amado, así os he amado,
permaneced en mi amor.”
(Juan 15:9) 

¿QUÉ ES EL AMOR?

Podemos intentar definir el amor humano de esta forma: 

1.      Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. 

2.      El amor como valor  es la fuerza para impulsarnos hacia cualquier cosa de bien. El amor es intangible que induce fuerza, paz, tranquilidad, alegría y por ende un bienestar en el ser humano. 

Sin embargo, existe una gran diferencia entre el amor humano y el amor divino expresado en Cristo Jesús. Esto queda claro en el siguiente texto: 

(Juan 3:16) “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” 

El Señor Jesús es el reflejo fiel de la voluntad de su Padre, quien no tuvo dudas de entregarlo al mundo para sacrificio en la cruz, hecho único en la historia de la humanidad.  La cruz es un verdadero altar levantado hacia lo alto donde Cristo Jesús porque quiso hacerlo así,  expresó en Espíritu, Alma y Cuerpo su amor por nosotros, recogiendo en sí mismo todo el pecado de los seres humanos no solo de esa época, sino de toda la historia humana. Hombres y mujeres que pecaron A.C., durante su permanencia en la Tierra y hasta la fecha y hasta el fin de los tiempos. 

EL AMOR DE CRISTO

Revisemos algunas expresiones del amor de Cristo en los siguientes temas: 

1)      Amor a  su Padre:    

(Juan 14:31)  Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago...” 

¿Y qué le mandó el Padre? Era necesario en el Plan Divino de Salvación que el Hijo obedeciera en contraste con Adán el primer hombre quien desobedeció procurando con esto la caída de toda la humanidad.

Así la obediencia del justo y puro sin  mancha de pecado entregado en sacrificio nos da la oportunidad de levantarnos de la Caída  junto con Él cuando le seguimos y entregamos nuestra vida a Él. Esto se expresa mejor en su Palabra: 

(Romanos 5:18) “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.”  

2)      El amor a su pueblo: vamos a ejemplificar este amor en tres hermanos. 

·          María, Marta y Lázaro  

(Juan 11:5) “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.”  

María (la que lavó los pies de Jesús con perfume), Marta y Lázaro eran hermanos y vivían en un pueblo llamado Betania.

Jesús los visitó, coincidiendo su visita con que Lázaro enfermó, por lo tanto Jesús se quedó allá un par de días más.

Sin embargo Jesús sabía que Lázaro moriría y se fue de allí.

Cuando le avisaron que su amigo había muerto, volvió a Betania y se afligió de tristeza por la muerte de Lázaro al igual que los judíos que lloraban junto a María y Marta.

Jesús fue al sepulcro y ordenó que lo abrieran, y Marta le advirtió que ya llevaba allí cuatro días por lo tanto el olor podría ser insoportable si abrían el sepulcro. Pero Jesús, una vez abierto el sepulcro dio  la orden a Lázaro para que saliera de allí. Y Lázaro resucitó.

Solo el amor divino del Señor podía volver a Lázaro a la vida. Es como nacer de nuevo.

Exactamente así nos sucederá cuando el Señor venga y sus trompetas suenen y los muertos en Cristo resuciten a su llamado. 

3)      Amor a  sus discípulos  

Tres años anduvo el Maestro Jesús con sus discípulos, enseñándoles y amándolos, preparándolos para la gran Comisión. Ellos lo seguían a todos los lugares asistiéndolo, escuchándolo y amándolo. Jesús era amigo de ellos. Pero todo eso tenía que terminar un día. 

(Juan 13:1) “Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.”  

(Juan 13:34) “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”  

4)      El discípulo que Jesús amaba. 

Aparentemente esto podría significar que tenía un favorito. ¿Podría ser que fuese esto lo que sucede en nuestra familia? ¿Qué amemos más a un hijo que a otro?...No, esto no es así. Amamos con expresión distinta a cada uno porque todos son distintos. Por lo tanto, Jesús amaba a todos sus discípulos. Pero podemos interpretar que Juan se sentía amado por Jesús por la cercanía que tenía con Él.  

(Juan 13:23) “Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús.” 

Vamos a tomar uno de los varios ejemplos de cómo pudiera sentirse Juan con respecto al amor de Jesús hacia él. Miremos la cruz y escuchemos cuando Jesús delega en Juan la responsabilidad de hacerse cargo de la mujer que había sido su madre y ahora viuda. Realmente era una gran responsabilidad. Cómo se habrá sentido de honrado. 

(Juan 19:26) “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.”

Juan se sentía amado porque estaba cumpliendo la voluntad de Jesús. Para esto lo seleccionó, para esto estuvo enseñándole y corrigiéndole durante tres años. Para esto lo acogió en su seno íntimo. Para que fuera un testigo fiel de lo que había pasado y que fuera un pastor de otros como Jesús lo había sido de Él.  

5)      Su amor por la Iglesia 

(Efesios 5:25) “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,” 

¿A qué iglesia se refiere la Biblia?

No está hablando de tal o cual iglesia como metodista, presbiteriana o católica. Estamos hablando de Su Iglesia, San Pablo se refiere al Cuerpo de Cristo en donde Él es la cabeza. ¿Y cómo es esto de un Cuerpo? En este Cuerpo todos formamos parte de ese Cuerpo, Es decir, católicos, presbiterianos, etc. somos parte de su Iglesia. Si miramos nuestro cuerpo, este tiene cabeza. Nuestro cuerpo está sujeto a nuestra cabeza, no anda nuestro cuerpo por un lado y la cabeza por otro. Cristo es la Cabeza de su iglesia y esta es el Cuerpo. Y Cristo ama a este su Cuerpo. Y todos nosotros somos amados por Él porque formamos parte de ese Cuerpo, la iglesia. En el Cuerpo están incluidos todos los que creen y han entregado su ser completo a Cristo Jesús. 

6)      Su amor expresado en su sacrificio 

(Efesios 5:2) “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” 

Después de este sacrificio de Cristo en la cruz ya no hay otro. El Hijo de Dios colgaba de una cruz. Su cuerpo estaba lacerado, su alma estaba acongojada y sufriente, pero su espíritu estaba rendido al Padre, aceptando su voluntad santa ¿por qué hacía esto? Por nosotros.  Colgaba de esa cruz, de ese madero, crucificado por la obediencia hacia su Padre, en un ejemplo de sujeción y sumisión infinita, enseñándonos desde esa altura como debemos ser hacia nuestro Dios en obediencia plena. Su amor es tan grande que se hizo hombre. Vivió y sufrió como hombre, por lo tanto Él sabe nuestro sufrimiento, lo comprende porque lo vivió, pero experimentó el sufrimiento máximo. Si miramos esto reflexivamente podríamos comprender su extraordinario amor por nosotros y por todos en este mundo. Para nosotros podría ser terrible tener que dar la vida por los que amamos, pero la daríamos. Pero no la daríamos por aquellos que son lo peor de la sociedad. No, porque esto requiere amor incondicional, algo difícil para el ser humano porque es terreno de Cristo, de Dios mismo. Cristo lo hizo por todos incluidos aquellos los más despreciados por las sociedades. 

CONCLUSIONES:

1)      La lección más importante que Dios quiere que aprendamos en esta tierra es como amar. El amor es el fundamento de todos los mandamientos que nos ha dado. Cuando más amamos, más semejantes somos a Él. Lo mejor para nuestras vidas es: Que el amor sea para nosotros la más alta meta. 

2)      (1ªJuan4:7-10)Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados con su muerte en la cruz.”